domingo, 20 de febrero de 2022

La necesidad de un final

Una vez me preguntaron en qué momento soy feliz. Mi respuesta fue cuando algo acaba. Cuando termina el año y todos están celebrando que lograron llegar a fin de año con vida. Cuando por fin termina el semestre académico. Cuando terminas tu tarea, proyecto o examen. Y por supuesto cuando una historia termina. Así que es por eso que si veo una serie necesito que esta no esté cancelada y que tenga altas posibilidades de que tendrá final. Si comencé a interesarme en una historia y no tuvo final, podría darme ansiedad de formas asombrosas. A continuación algunas explicaciones y ejemplos de a qué me refiero:

De niño gastaba mi tiempo leyendo como compensación de mi falta de amigos con los que jugar y así conocí lo geniales que son las historias. Y cuando terminaba de leer sentía cierta paz dentro de mi, como si hubiera logrado algo importante, había logrado acabar algo y no podía esperar para repetir el proceso y abrir otro libro. Pero ahora antes de comenzar a leer o ver una historia necesito saber que esas historias terminaron, más de lo que necesito saber cómo acaban. Y esa necesidad de saber de la existencia de un final en una historia en la que yo esté interesado puede ser perjudicial a veces.

Recuerdo que cuando estaba en primaria salió el videojuego de Epic Mickey, un juegazo, hasta G4 TV lo llamó el mejor juego de Wii ese año. La historia era buena y tuvo continuación en el 2012, la cual lamentablemente no tuvo el éxito esperado y la tercera parte fue cancelada. Esto fue una verdadera lástima para mi, el final de Epic Mickey 2 era un cliffhanger para la historia de la tercera entrega. Mis expectativas y emociones se habían inflado y al enterarme de que jamás sabría que pasó después en la historia no lo podía creer. Estamos 2022 y hasta el año pasado seguía buscando información, noticias o rumores sobre la cancelada Epic Mickey 3. Actualmente puedo decir que superé la ansiedad de no saber que iba a ocurrir en la tercera parte de ese videojuego.

En algunos casos mi necesidad de un final me ha llevado a realizar búsquedas exhaustivas para conocer el final. Un ejemplo de lo desesperado que puedo llegar a ser sería cuando vi un anime llamado Haruchika, no lo recomiendo ya que resultó ser una total decepción, pero me vi todos los 12 episodios esperando que el siguiente capítulo sea mejor que el anterior (tenía la esperanza de que alguna de mis expectativas podría cumplirse). Al final el anime acabó sin resolver el principal "misterio" de la serie. Como dije el anime era malo, siendo honesto no puedo decir que lo disfruté, pero necesitaba saber el final. Traté de usar un viejo truco que es ir a la página de Wikipedia del anime y cambiar el idioma a japonés y luego con traductor Google ver si decían lo que pasó luego del anime, pero no funcionó. Busqué entrevistas con el autor de las novelas en las que estaba basado el anime, pero no habían spoilers así que no me sirvieron, busqué opiniones y reseñas de las novelas en las que estaba basado el anime pero tampoco conseguí saber el final (quiero resaltar que todo estaba en japonés). Consideré comprar el ultimo libro de las novelas de Haruchika que también estaba en japonés y no encontré una versión traducida en ningún lado (me imagino la razón, si prácticamente nadie vio el anime supongo que las novelas tampoco deben ser conocidas fuera de Japón). Por fortuna en Google Libros pude hallar la novela en chino mandarín y el traductor Google podía traducir desde ahí mismo. Todo este proceso me tomó meses de trabajo, creo que casi un año, ya que varias veces tiré la toalla solo para volver a ponerme a investigar un tiempo después.

(Así me veía yo tratando de averiguar el final.)

En conclusión, yo no soy alguien que pueda darse el lujo de ver cosas nuevas solo porque si. Yo necesito estar seguro de la existencia de un final antes de conocer historias, lo cual es complicado ya que tengo que hacerlo evitando spoilers. No diré que eso hace mi vida un infierno, tal como yo lo veo estoy condenado a solo ver historias que sé que me gustarán, ya con todo lo que tengo de investigar podré saber sobre la calidad de la historia y de si es de un género que mi interesa. Así que puedo decir que la necesidad de un final es un don, más que una maldición.


lunes, 7 de febrero de 2022

Anécdota #3 Como NO hacer una fiesta sorpresa

 Primero que nada, esto no es una guía sobre fiestas sorpresa, es una anécdota de como gente no capacitada para la materia decidió dar una fiesta sorpresa.

Tengo una amiga a la que llamo presidenta, ella se iba de viaje y junto con su madre y otros amigos planemos hacerle una despedida. Lo primero que necesitábamos era que la madre de la presidenta la sacara de casa el tiempo suficiente para que sus amigos entremos y arreglemos la casa como para una fiesta. Su madre nos dijo que nos dejaría la puerta abierta para que podamos entrar ya que nosotros no teníamos la llave. En cuanto la presidenta y su madre se fueron nos dirigimos a la casa para descubrir un pequeño detalle. La casa tenía una reja que bloqueaba antes de llegar a la puerta, y la madre olvidó dejarla abierta. Estuvimos unos minutos pensando qué hacer hasta que decidimos que alguien tendría que pasar por encima para abrir desde adentro. ¿Quién creen que fue el elegido para llevar a cabo esa tarea? Respuesta: yo. Me puse en modo delincuente juvenil y pasé por encima esperando a que ningún vecino me viera para que no piensen que era un ladrón. Les abrí la reja a mis compañeros y luego entramos por la puerta de la casa que en efecto estaba abierta.

Entramos y empezamos a poner los piqueos que compramos en bandejas y luego nos pusimos a decorar. Nos tardamos pensando sobre cómo decoraríamos, cómo poner los globos entre otras cosas. Ninguno de nosotros fue un gran artista en las clases de arte del colegio pero nos esforzamos igual.

Cuando todavía estábamos a la mitad de la decoración nos llegó un mensaje de la madre de la presidenta para avisarnos que estaban regresando a la casa. Entramos en pánico, hicimos varios cambios prácticos y muy necesarios a lo que pensábamos hacer en las decoraciones para que nos llegue a alcanzar el tiempo. Logramos terminar quién sabe como y después llegó la parte en la que nos teníamos que esconder para salir gritando ¡Sorpresa!

Pero ahora viene otro problema. La casa tenía dos entradas. Una por la que entramos, y otra que quedaba detrás de la casa. No sabíamos por donde iban a llegar, así que estuvimos cambiándonos de escondite cada 2 minutos porque escuchábamos ruidos de alguna de las puertas y pensábamos que ya estaban entrando. Estuvimos en ese plan de cambiarnos de lugar una y otra vez hasta que por fin llegaron y estaban por entrar en la puerta por donde llegamos y ahora sí nos quedamos en un solo lugar.

Pero hubo otro problema, la puerta no habría. Desde nuestro escondite pudimos escuchar como la madre de la presidenta sacudía la llave en la cerradura sin poder abrir la puerta. Lo primero que pensé es que hacía ese ruido a propósito para que nosotros sepamos que ya llegaron y por cuál puerta. Pero no era así, era que la puerta no abría, lo que me hizo sentir bastante mal porque yo fui la ultima persona que la cerró.

Luego de varios minutos en los que estuvimos escondidos escuchando como no podían entrar, una chica del grupo de amigos escondidos salió a abrirles la puerta. (¿No les dije no que estábamos capacitados en la materia?) Luego de abrirles volvió corriendo al escondite y cuando la presidenta con su madre entraron salimos todos a gritar ¡SORPRESA!

Ella se alegró pero nos dio la noticia de que ya sabía sobre la fiesta. Por el comportamiento inusual de su madre de hacerla salir de la nada y porque unos días atrás ella estaba en zoom con sus amigas y una de ellas mientras compartía la pantalla sin querer dejó ver su whatsapp donde se veía la conversación del grupo de la fiesta sorpresa. (Como dije no estábamos capacitados para esto.)

Pero lo importante es que la presidenta se alegró igual y la pasamos bien en la fiesta.

En conclusión, tengan cuidado cuando compartan pantalla por zoom u otra plataforma, ya que puedes mostrar conversaciones que la gente no debería ver, y si vas a hacer una fiesta sorpresa a alguien asegúrate de tomar todas las precauciones necesarias para que no pasen las cosas imprevistas que nos pasaron a nosotros.

El efecto Lewis Carroll

Odio la poesía. Y no suelen gustarme los villanos. Me aseguro que muchos lo sepan. Pero por alguna razón cuando escuché el poema de La morsa...