viernes, 12 de febrero de 2021

Anécdota #2 Vecinos gritones

 Todos tenemos vecinos, y si no los tienes no tienes que sentirte mal, quizás hasta se podría decir que eres afortunado. En mi caso tengo vecinos de toda clase, pero ahora voy a hablar en particular de los que llamo: vecinos gritones.



Desde que tengo memoria recuerdo unas voces, además de las de mis padres, la de un señor y una señora que vivían cerca a nosotros. No puedo estar seguro de que porcentaje del tiempo que estaban en casa se la pasaban gritando, pues yo pasaba varias horas en el colegio y durante ese lapso de tiempo ellos quizás estaban en silencio. Pero casi todos los días se escuchaban algunos gritos lejanos, no siempre entendibles, pero algunas veces se podían llegar a distinguir alguna que otra palabra en español. Ellos dos parecían que desde que llegaron al mundo de bebés gritando nunca hubieran podido parar de hacerlo. Tengo curiosidad de saber cómo se habrán conocido, o cómo se habrán vuelto novios. En cualquier caso es evidente que esa relación estaba en cuenta regresiva para su fin. Supongo que ellos también se dieron cuenta de que algo andaba mal, por lo que decidieron hacer cambios en sus vidas. Un día los gritos se detuvieron. Todo parecía indicar que esos sonidos de guerra habían terminado, ya que los 2 gritos dejaron de oírse, y comenzamos a escuchar 3, y después de eso fueron 4. Tuvieron 2 hijos, o sea... tuvieron la idea de que tener a 2 seres vivos que literalmente por naturaleza se comunican por gritos podría mejorar sus vidas. ¿EN SERIO? ¿EN QUÉ ESTABAN PENSANDO? ¿QUÉ LES HIZO CREER QUE ESO ERA UNA BUENA IDEA?

Ahora teníamos a 4 humanos gritando cerca a nuestra casa. Me alegro que haya suficiente espacio entre ellos y nosotros, porque sino sus gritos de verdad serían molestos. A la distancia a la que estamos ellos suenan casi como un sonido de fondo, pero igual es lo suficientemente notorio como para hacerte pensar en qué cuidados tener a la hora de decidir con quién pasarás el resto de tus días.

Los niños crecieron y aprendieron a hablar, y por supuesto, cada tanto gritaban como sus padres. Varias veces podíamos escuchar a la hermana quejándose de algo y al hermano que lo castigaban (supongo que por sus calificaciones en la escuela).

Ahora estamos en el 2021, y durante todo el tiempo de cuarentena ellos estuvieron obligados a encerrarse juntos. Hasta el 2019, el trabajo de los padres y la escuela o universidad de los hijos era lo que los mantenía separados y disminuía la taza de gritos. Contra todo pronóstico el 2020 no gritaron tanto como uno esperaría. Creo que se podría decir que gritaron igual o menos que de costumbre, al menos durante algunos meses del 2020, luego empezó a aumentar la frecuencia con la que se gritaban.

Pero a pesar de todos estos años de conocer sus voces jamás los llegué a ver en persona. Nunca los vi a ninguno de ellos, excepto al padre, a ese señor lo vi una ves cuando pasó por la ventana de su casa, llevaba puesto un bividí y unos shorts verdes, parecía que estaba arreglando un escritorio o algo así. Algo milagroso pasó durante la cuarentena, pude ver a la señora y al hijo. Este último iba vestido como su padre y de apariencia física era igual, solo que él era flaco y su papá era más relleno. Pero la madre fue lo que más me sorprendió, los gritos más notorios en todos estos años fueron siempre los de ella, nadie podía superar esos aullidos que emanaban de su boca. Yo esperaba ver a una gárgola con cuernos y colmillos sobresaliendo de su cara, así que ya se imaginarán mi decepción cuando vi que solo era una humana como su esposo.

Pero, ¿saben qué es lo más sorprendente que esta cuarentena me reveló sobre ellos? El trabajo de la esposa. Jamás hubiera adivinado a que se dedicaba cuando no estaba gritando. Resulta que la esposa es psicóloga. ¿Pueden creerlo? Durante el 2020 ella estuvo atendiendo a gente por Zoom. Desde mi casa se escuchó cómo ella decía por su micrófono: "a los niños se les debe hablar con paciencia, sin gritarles". Ella dijo "SIN GRITARLES". La mujer que lleva gritando desde antes de que sus hijos nacieran aconseja a personas en busca de ayuda psicológica que no deben gritar. ¿En serio? Su esposo en otra ocasión le dijo a su hija: "eres muy emotiva, debes ser más racional". Esas son la palabras que un padre le dice a su hija, cuando es él quién necesita ese consejo.



En conclusión, los vecinos pueden ser muy sorprendentes, tanto para bien como para mal; no les des a otros consejos si tú estás igual o peor que ellos; y si piensas estar en una relación con alguien y eventualmente formar una familia, asegúrate de tener una relación sana dónde no se griten todos los días.

lunes, 8 de febrero de 2021

La belleza de los juegos de mundo abierto

Los juegos de mundo abierto, esas obras de arte de la programación que nos brindan mayor libertad en el ciberespacio. Experiencias no lineales que nos hacen esforzarnos más para completar la historia que en los juegos de antaño. Puedes hacer casi de todo, desde vivir aventuras de fantasía hasta ser Batman.

El mapa es lo que puede volver un juego de mundo abierto una excelencia o un asco. Por supuesto que se espera un mapa de gran tamaño con bastante contenido para no aburrirnos, incluso después de haber completado la historia principal. Son varios juegos dónde se lucieron con un mapa gigantesco, pero su tamaño no fue proporcional a la cantidad de contenido que presentaba en él. Se debe tener suficiente espacio para poder moverte y viajar con la sensación de tener la libertad de un ave que acaba de abandonar el nido para explorar el mundo.




El secreto es la interacción con el entorno. Hablar con los NPC's resulta entretenido cuando se han hecho diálogos graciosos, que brinden datos útiles o misiones para darnos algo que hacer. En Red Dead Redemption 2 puedes no solo comunicarte de diferentes formas con ellos, hasta puedes asaltarles. También el paisaje debe sernos útil, las plantas, árboles y animales deben ser cosas con las que podamos interactuar. Un claro ejemplo de esto es Minecraft, ahí hasta puedes recolectar pasto. Todo el mundo es interactivo y aprovechable para elaborar herramientas, armas u otros objetos.


El parkour también puede ser algo posible en este tipo de juegos, siendo limitado solo por la física del juego. Hay videojuegos como Watch Dogs o incluso la saga Batman Arkham donde balancearse y saltar entre los techos de las casas es una actividad continua. En otros juegos,  aunque no poseas la agilidad necesaria para ello, o sea, más parecido a la realidad con techos con diferencias de alturas bastante grandes, igual se puede viajar y explorar todos los rincones que se pudieron programar en el juego.


En estos tiempos de aislamiento muchos echan de menos el mundo exterior, otros como yo ya habíamos aprendido a disfrutar de estos pequeños mundos de reemplazo desde antes, así sabemos que hacer en momentos dónde nos empiezan a entrar las ganas de ir a dar un paseo pero la pandemia no nos lo permite, solo hay que ir a otro mundo dónde no tenemos pandemia y dónde podemos hacer nuevas cosas. Los juegos de mundo abierto son un excelente sustituto para la triste realidad a la que vivimos. Por lo menos hasta que nos llegue la vacuna a todos y podemos volver a salir, pero hasta entonces tendremos nuevos mundos de reemplazo.


En conclusión, aprende a ser gamer y prepárate para la siguiente pandemia, y siempre evita llegar a los límites del mapa, porque te recordarán que ese mundo no es real.

El efecto Lewis Carroll

Odio la poesía. Y no suelen gustarme los villanos. Me aseguro que muchos lo sepan. Pero por alguna razón cuando escuché el poema de La morsa...