lunes, 8 de febrero de 2021

La belleza de los juegos de mundo abierto

Los juegos de mundo abierto, esas obras de arte de la programación que nos brindan mayor libertad en el ciberespacio. Experiencias no lineales que nos hacen esforzarnos más para completar la historia que en los juegos de antaño. Puedes hacer casi de todo, desde vivir aventuras de fantasía hasta ser Batman.

El mapa es lo que puede volver un juego de mundo abierto una excelencia o un asco. Por supuesto que se espera un mapa de gran tamaño con bastante contenido para no aburrirnos, incluso después de haber completado la historia principal. Son varios juegos dónde se lucieron con un mapa gigantesco, pero su tamaño no fue proporcional a la cantidad de contenido que presentaba en él. Se debe tener suficiente espacio para poder moverte y viajar con la sensación de tener la libertad de un ave que acaba de abandonar el nido para explorar el mundo.




El secreto es la interacción con el entorno. Hablar con los NPC's resulta entretenido cuando se han hecho diálogos graciosos, que brinden datos útiles o misiones para darnos algo que hacer. En Red Dead Redemption 2 puedes no solo comunicarte de diferentes formas con ellos, hasta puedes asaltarles. También el paisaje debe sernos útil, las plantas, árboles y animales deben ser cosas con las que podamos interactuar. Un claro ejemplo de esto es Minecraft, ahí hasta puedes recolectar pasto. Todo el mundo es interactivo y aprovechable para elaborar herramientas, armas u otros objetos.


El parkour también puede ser algo posible en este tipo de juegos, siendo limitado solo por la física del juego. Hay videojuegos como Watch Dogs o incluso la saga Batman Arkham donde balancearse y saltar entre los techos de las casas es una actividad continua. En otros juegos,  aunque no poseas la agilidad necesaria para ello, o sea, más parecido a la realidad con techos con diferencias de alturas bastante grandes, igual se puede viajar y explorar todos los rincones que se pudieron programar en el juego.


En estos tiempos de aislamiento muchos echan de menos el mundo exterior, otros como yo ya habíamos aprendido a disfrutar de estos pequeños mundos de reemplazo desde antes, así sabemos que hacer en momentos dónde nos empiezan a entrar las ganas de ir a dar un paseo pero la pandemia no nos lo permite, solo hay que ir a otro mundo dónde no tenemos pandemia y dónde podemos hacer nuevas cosas. Los juegos de mundo abierto son un excelente sustituto para la triste realidad a la que vivimos. Por lo menos hasta que nos llegue la vacuna a todos y podemos volver a salir, pero hasta entonces tendremos nuevos mundos de reemplazo.


En conclusión, aprende a ser gamer y prepárate para la siguiente pandemia, y siempre evita llegar a los límites del mapa, porque te recordarán que ese mundo no es real.

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